jueves, 12 de marzo de 2009

astor piazzolla o el inicio de mi adolescencia

¡Cómo son las cosas del azar! ¿A ver si va a resultar que hay un Dios de las casualidades? Y es que ayer fue un día de esos que se cierran en círculo, en el que todo encuentra su sitio dejándote la sensación al final del día de que has vivido, de que has sentido, de que has crecido en definitiva. En otra entrada os contaba que la semana pasada empecé a asistir a un curso sobre música contemporánea, pero no dije (porque entontes carecía de interés) que en él coincido por casualidad con un chaval que durante un tiempo fue amigo en el inicio de mi adolescencia. En los ratos libres solemos hablar de aquellos tiempos, de nuestras ganas de comernos el mundo, de lo culturetas que éramos y de qué ha sido de cada uno de nosotros, lo propio en estos casos en los que te reencuentras con alguien con quien compartiste tu tiempo en el pasado. Y la casualidad ha querido también que a mi vuelta del curso, mientras tomaba algo para cenar en casa, en Radio3 estuvieran echando un especial sobre uno de mis músicos favoritos de aquellos años. Por un momento, cuando apenas habían pasado unos minutos desde que charlaba sobre todo aquello, todo encajaba y los recuerdos cobraban mayores dimensiones al recuperar la que fuera parte de mi banda sonora de entonces.

Astor Piazzolla y el bandoneón

En este caso el músico en cuestión no es ningún señor con botas y sombrero de baquero. Esta vez os hablaré del argentino Astor Piazzolla (1921-1992), precursor del llamado tango de vanguardia. Su manera de entender el tango, más allá de los esquemas clásicos del género, le deparó más de un enemigo y le obligó a buscar el reconocimiento fuera de su país querido. Pero hoy nadie discute que posiblemente ha sido el mayor músico y compositor contemporáneo de Argentina, el que supo elevar el género del tango a música culta y llevarlo por caminos antes no transitados. En sus composiciones hay influencias de la música clásica y contemporánea (como por la incorporación de la disonancia, de nuevos esquemas rítmicos e instrumentos, o por el tratamiento electrónico del sonido), así como del jazz más libre. Estilos de música a los que tuvo acceso desde muy pequeño en sus años de infancia en Nueva York y por sus posteriores estudios que le hicieron investigar sobre la obra de compositores que pronto se conviertieron en referentes, como Bartók y Stravinsky. Pero hablar de Astor Piazzolla, y del tango en sí mismo, es hablar inevitablemente del bandoneón. Ya no solamente por ser el instrumento por antonomasia de este género, sino porque Piazzolla fue uno de los mayores bandoneístas de la historia.


Tocata Rea. Una de sus piezas más experimentales

Su música llegó a mis oídos gracias a los padres de mi mejor amiga de por aquel entonces y porque su hermana mayor solía bailarlo en sus clases de danza contemporánea. Y nosotras que no podíamos ser menos, cuando conseguíamos disponer del gran salón de su casa (un chalet a las afueras de Sevilla), movíamos nuestros cuerpos de niñas que empiezan a ser mujer al son de su tango, con toda su carga de sensualidad que nosotras ingenuamente interpretábamos. Sin duda aquellos fueron años de autoexploración y a veces me sombro de mí misma al recordar aquella manera de sentir la música, libres de ningún tipo de tabú o vergüenza.

Soledad

Ayer él habría cumplido 88 años y de seguir vivo seguramente que continuaría investigando las posibilidades sonoras de un género al que tanto amaba. Se quejaba de encontrarse muy solo ante tal reto y moriría con la pena de no haber sentido más el apoyo de sus paisanos o el interés de alguien por seguir su camino. Algunos han querido ver recientemente en el grupo Gotan Project sus humildes sucesores pero con mis respetos, estos no le llegan ni a la mugre de los zapatos. Así que yo lo único que puedo hacer es rendirle mi personal homenaje desde este humilde blog.

5 comentarios:

GRILLO SOLITARIO dijo...

LA OBRA DE PIAZZOLA ME PARECE GIGANTE. DE ESTOS MÚSICOS QUE CADA VEZ QUE LOS ESCUCHAS TE ALEGRA QUE SUENE LO QUE ESTÁ SONANDO.

PONIÉNDOME EN PLAN CURSI, SU MÚSICA ME LLEVA A LA CABEZA MULTITUD DE COSAS, Y LO HACE COMO SI FUERAN RECUERDOS; ALGUNAS DE COSAS QUE HE VIVIDO; LA MAYORÍA DE OTRAS QUE NI SIQUIERA HAN PASADO.

VUEEEEEEELVO AL SUUUUUUR

orphangirl dijo...

totalmente de acuerdo contigo. A mí a veces me recuerda a esas pelis de corte erótico de los años 60-70, con esa luz amarillenta (y las cuales a penas he visto, por otro lado). Y la pieza de "vuelvo al sur" se va a convertir en algo más especial todavía cuando esté por el norte ;)

Vinué dijo...

Qué grande el "Libertango"...

Javier Merchante dijo...

Hola, chica huérfana, he visto tu proyecto rehabilitador, pero en este lugar te dejo un saludo familiar. En esto también coincidimos, en Piazzola. Ando buscando un relato para La taberna del Callao al que pueda ponerle un tango. Un relato de soledad y amor para narrar subido, por ejemplo, en la música que escucho de tu blog mientras redacto este comentario.
Saludos. Javier

orphangirl dijo...

Hola tito! eso suena fantástico! Si crees que pudiera ayudarte a buscar un tema o algo me dices. Estaré atenta a ese relato ;)