Quien me conoce o haya echado un vistazo a mi blog sabrá que el interiorismo me encanta, ya sea leyendo revistas, visitando webs, tiendas, o sobre todo, experimentando en mi propia casa. Esto último es lo que hemos podido hacer mi pareja y yo últimamente. Si hace poco os hablaba de nuestras nuevas lámparas, ahora os muestro el chester que hemos heredado recientemente y que pertenecía a un familiar muy querido. Lo hemos renovado cambiándole los cojines de asiento por unos nuevos forrados con una tela tipo saco. Estamos muy contentos de tenerlo y de cómo ha quedado. Sin duda este tipo de muebles imprimen más personalidad a cualquier espacio y tienen un valor sentimental impagable.
2 comentarios:
Os ha quedado precioso. Además, como dices, le da un toque muy personal a la vez que sentimental.
Me encanta!
Gracias Henar. La verdad es que el cambio ha sido a mejor y esperamos cuidarlo para que dure más años :)
Publicar un comentario