martes, 25 de mayo de 2010

algunas reflexiones sobre las zonas de juegos infantiles

La recien lectura de dos artículos ("ciudades para jugar" y "la décroissance como alternativa al exceso de diseño en las ciudades") escritos por Ecosistema Urbano en la ciudad viva (otra web que os recomiendo) me han animado finalmente a hablar de un tema que me interesa desde hace un tiempo pero que por falta del mismo apenas he podido profundizar y comentar en el blog. Sin embargo aquí os dejo con algunas reflexiones que seguro pueden dar más de sí. Básicamente tratan de la tendencia al "exceso de diseño" en los espacios públicos y concretamente de las zonas de juegos infantiles.

Cuando hablo de "exceso de diseño" me refiero a la actitud por querer controlar la imagen del más pequeño rincón como signo inequívoco de que algo está realmente "pensado" para su uso. Así como la tendencia a zonificar por actividades o unidades de uso los espacios públicos (que si una zona para pasear al perro, otra para juegos infantiles, otra para hacer deporte al aire libre, etc) que en un intento por evitar conflictos entre los usuarios no hacen sino limitar la flexibilidad del mismo. Todo ello es lo que yo llamo sobreproducir el espacio público.

Esta idea puede entenderse bien si analizamos un poco cómo ha evolucionado en los últimos años la idea de zona de juego infantil en los espacios públicos de Sevilla (y posiblemente del resto de ciudades españolas). Podría decirse que se ha impuesto la necesidad de incorporar una zona de juego infantil como tal en los barrios que ha derivado en la mayoría de los casos en la incorporación de "paquetes estandarizados" que comunmente son conocidos como "parques infantiles".

vista del parque infantil de la plaza de la Alfalfa de Sevilla
(fotografía de Gozález-Alba)

Hasta entonces los espacios públicos (me refiero a las plazas principalmente) apenas tenían una zona exclusiva para tal fin, en cualquier caso había toboganes o juegos similares colocados de forma dispersa, y un área despejada era suficiente para jugar a la pelota o disfrutar con tus juguetes traídos de casa. Pero hoy en día abundan los cercos de colores que rodean diferentes juegos para niños sobre un pavimento blando (caucho generalmente). A mi juicio esto ha propiciado una cierta estandarización de las plazas y lo que es más preocupante, al pensamiento casi perverso de que solamente se puede jugar dentro de la zona destinada para tal uso. ¿Dónde quedaron esos juegos bajo el banco donde se sentaban tus familiares y desconocidos, o esas montañas de tierra junto a un árbol donde hacer correr tu camión favorito? Hoy en día, dichas zonas de juego están destinadas principalmente a los más pequeños que son "controlados" por los cercos desde los cuales los padres miran tranquilos a sus hijos. Sin duda esta situación responde a un cambio en la mentalidad de los propios padres que prefieren su tranquilidad y comodidad por la "seguridad" que estas zonas les aportan, frente a la libertad del niño a explorar y jugar.

imagen de un parque de Berlín

El ejemplo opuesto lo podemos encontrar en algunas plazas públicas de Berlín. En ellas además se incorpora un aspecto nuevo e interesante que es el de la participación ciudadana tanto en su diseño como ejecución, lo que en mi opinión repercute positivamente en el sentimiento de pertenencia de los usuarios hacia el espacio público. En mi pasada visita a la capital alemana tuve la suerte de poder visitarlas y también me acerqué a la granja infantil Abenteuerlichen Bauspielplatzes "Kolle 37" situada en la zona de Prenzlauer Berge.

A riesgo de poder llegar a convertirse en una "marca" (algo que posiblemente ya ocurra), estos espacios públicos destacan por ser zonas "poco diseñadas" en el sentido de dar soporte al ciudadano con pocos y modestos medios, de poner en uso un espacio con lo mínimo necesario. Y en concreto destacan las cabañas y demás juegos para niños en los que poder explorar con libertad tu entorno más inmediato. La mayoría de ellos no pasarían los controles mínimos a los que están sometidos los juegos industrializados que reinan nuestras plazas pero, ¿realmente es necesario? Posiblemente en este punto la mayoría de los padres tendrían ciertos recelos en que sus hijos jugaran en ellos. Quizás se ha llegado a un exceso de confianza relegando la seguridad de los niños al "buen diseño" de los juegos en vez de en un discreto control de sus acciones por parte de los padres.

una cabaña en un parque de Berlín

Yo no tengo hijos y se dice que nunca se sabe cómo uno actuará hasta que es padre pero sí he sido niña y sin duda creo que habría disfrutado más en constuir y jugar con mis vecinos en cabañas como la de arriba que en los juegos que suelen ponerse en nuestras plazas hoy en día. Y no creo que sea por una cuestión de diseño exclusivamente sino por una manera distinta de entender el espacio público y la infancia.

3 comentarios:

Alex A. dijo...

Amén

stepienybarno dijo...

Nos gustó mucho la reflexión! Totalmente deacuerdo en que hay un exceso de diseño en la mayoria de parques infantiles y que otras opciones como las que muestras pueden ser mucho más interesantes.

Como siempre, felicidades por tan estupendo blog!

orphangirl dijo...

Pues sí, pero veo complicado dar pasos "hacia atrás" en este sentido, cuando todo está tan homologado, etc.
Y gracias por los ánimos ;)