miércoles, 24 de junio de 2009

Jolie Holland

Recuerdo perfectamente cuando compré mi primer disco de Jolie Holland en la extinta tienda Drum de San Sebastián. Su álbum llamado "Escondida" fue parte de la banda sonora de una época muy especial en la capital guipuzcoana. La casualidad quiso que cinco años más tarde pudiera verla en directo por primera vez en la misma ciudad donde empecé a disfrutar de su música y en la que actualmente resido.

En este tipo de conciertos uno siente que todo cobra importancia y que es meticulosamente observado. Pero también que los recuerdos y emociones siempre quedarán ahí, unidos a los discos que conservas con especial cariño, y que nada (ni siquiera un mal concierto) podrá enturbiarlos. Con esta convicción y especial ilusión fui a ver a la cantante tejana a la sala Gazteszena el pasado 14 de junio.


Jolie vino únicamente acompañada por un hombre. Dos personas y varios instrumentos sobre el escenario para dar cuerpo a un set que recorrió sus tres últimos discos y alguna que otra versión. Ella apareció ataviada con dos plumas que adornaban su pelo rojo recogido a medio caer. Jolie es una chica de aspecto folkie pero su música nos hace entender que para ella las fronteras están para traspasarlas. Su música suena añeja, llena de tradición norteamericana, en donde tiene cabida el jazz, el blues, el folk o el country. Arrancó con "Mexico City" y "The Future", dos canciones de su último disco ("The Living and The Dead") que marca un punto de inflexión en su carrera. Ahora su sonido es más eléctrico y rockero, donde el jazz cede terreno a un folk-rock fronterizo, pero apenas fue percibido debido al formato del directo. En estos casos cabe esperar un concierto íntimo pero la realidad fue que a veces resultaba poco cercano. Jolie no parecía estar del todo agusto en el escenario, se quejaba de su garganta pidiendo varias veces que nadie fumara en la sala, y que no le sacaran más fotografías algunas personas que al principio no le hicieron caso. Sin embargo, tuvo momentos de gran intensidad e introspección, mejorando su actuación a medida que fue avanzando la noche.

jolie holland

En canciones como "Old Fashioned Morphine", con su guitarra en mano, o "Mexican Blue" al piano, nos recordaba a una Billie Holiday de voz clareada. Y es que en su característica forma de cantar, cercana a registros jazzísticos, se sustentó gran parte de la actuación. Sin embargo dejó patente que su versatilidad no quedaba ahí. Jolie conseguía crear un ambiente propio de un bar de la norteamérica profunda cuando se sentaba al piano. Y nos trasladó a su Texas natal cuando cerró el concierto con una versión folkie de "La Pistola y el Corazón" de Los Lobos, uno de sus grupos favoritos según sus palabras. Aquella noche de domingo en Donosti se pudo oir buena música de raízes norteamericanas, lástima que Jolie no se entregara más al público. Se echó en falta un poco de erotismo y cercanía por su parte aunque estuvo cerca de conseguirlo después de que su chalequillo, tras perder un botón, dejara entrever su lencería negra calada. Esperemos que la próxima vez la calidad de su música acompañe a su actitud en el escenario.

3 comentarios:

Aitor dijo...

"Se echó en falta un poco de erotismo y cercanía por su parte aunque estuvo cerca de conseguirlo después de que su chalequillo, tras perder un botón, dejara entrever su lencería negra calada."

Mujer, ¡la próxima vez ponle dos rombos al blog! :-P

orphangirl dijo...

Veo que el comentario (a modo de anzuelo) ha surtido efecto. Lo que hay que hacer para que a una le comenten los posts, jajajaja. Me alegro de verte por aquí ;)

Y ya en serio, esperaba que ese toque inesperado en su vestimenta surtiera efecto en Jolie para que se "desnudara" ante el público pero nada ...

GRILLO SOLITARIO dijo...

"Pero también que los recuerdos y emociones siempre quedarán ahí, unidos a los discos que conservas con especial cariño, y que nada (ni siquiera un mal concierto) podrá enturbiarlos."

ASÍ ME GUSTA, SIEMPRE ESPERANDO LO MEJOR. :-P