Esta entrada está especialmente dedicada a un familiar, a mi tío Javier, ya que hoy es su cumpleaños y porque hace unos meses tuve la suerte de ayudarle a realizar uno de sus sueños, tener un estudio de grabación propio. Cuando recibí su encargo me sentí con la suerte de poder devolverle de alguna manera, y de forma más evidente, todo aquello que él antes me había dado. Mi tío Javier, maestro y doblador profesional, es una de las personas que más alimentó mi imaginación e incentivó mi creatividad cuando apenas era una niña. Solía llevarme con sus hijos al Teatro Alameda a ver obras infantiles, al cine, a los títeres en el Teatro Lope de Vega, nos ayudaba a montar teatrillos en casa de la abuela por Navidad con todo aquello que pillábamos, y así hasta un sin fin de cosas en las que su mujer Pepa también era pieza fundamental. Posiblemente, sin todo aquello, yo no sería como soy en la actualidad y creo que cuando se te presenta un proyecto con esta carga personal, por muy pequeño que sea en tamaño, este se convierte en algo muy grande y especial.
2 comentarios:
Bueno, sobrina, pues ya está todo terminado después de los problemas con la tarjeta de sonido. Ya funciona todo y muy bien. Hubo que ajustar con planchas el techo porque daba un poco de rebote; quizás queda el sonido un poco seco, pero se puede ajustar: colocación frente al cristal, tipo de micro... Cuando haga la entrada con la primera grabación al completo -Mitología Bíblica- te la mando. Dejando a un lado los "pero", suena profesional.
Salu2.
Me alegra saber que estás contento con el resultado, estoy deseando escuchar tu primer cuento grabado en el nuevo estudio.
Un beso.
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