jueves, 11 de marzo de 2010

mamotretos públicos y un poco sobre las exposiciones internacionales

Esta mañana mi amigo David me ha chivado un documental de Tve que os quiero recomendar. Se realizó hace varios meses pero comprobado lo mal que lo siguen haciendo los políticos, resulta de lo más actual. El documental tiene como título "mamotretos públicos" y nos muestra algunos proyectos promovidos por políticos y costeados con dinero público que han fracasado tras su puesta en marcha o que directamente no han llegado a utilizarse. En el reportaje a veces falta información sobre los proyectos y la opinión de todas las partes implicadas (ningún arquitecto se asoma a hablar) pero pueden extraerse ciertas claves que ya todos conocemos y que algunos quieren ignorar.

No hay que ser muy avispado para saber que cuando se propone un proyecto hay que hacer un estudio previo de campo sobre su viabilidad económica y social, de su adecuada localización, de que haya un programa de actividades realmente necesario para la ciudad y sus habitantes, prever el impacto positivo y negativo, etc. Por supuesto la arquitectura tendrá que responder adecuadamente al programa, al lugar y a ser posible, que sea flexible por si ese programa varía en el tiempo. Son muchas las variables a tener en cuenta y sin embargo en los casos tratados en el documental no se cumplen la mayoría.

situación actual de un antiguo canal de la Expo92 y el Auditorio Rocío Jurado

Me toca de cerca el caso de la isla de la Cartuja de Sevilla que fue proyectada para acoger la Exposición Universal del 92 que duró unos 6 meses. Desde entonces muchas de las infraestructuras han quedado en desuso y algunas se han reutilizado. Allí conviven oficinas, centros de investigación, un museo, un teatro, facultades universitarias y hasta un parque de atraciones. Pero siempre hablamos de edificios cuyos usos tienen un horario determinado lo que provoca que se convierta en una zona fantasma por las noches sumado a su mala comunicación e integración con el resto de la ciudad. Es un caso de área urbana que no es ciudad en el sentido de que le falta complejidad por la falta de otros usos, principalmente el de vivienda. Esto indirectamente provoca que sea insegura a ciertas horas y que se descuide su mantenimiento ya que nadie permitiría que en su barrio estuvieran rotas las farolas, las baldosas o se vallasen plazas como allí ocurre.

Quizás por esta experiencia tan directa nunca me han parecido necesarias ni justificadas éticamente las exposiciones internacionales (sean del tema que sean) más en estos tiempos de globalización. Es cierto que en Sevilla se han ganado otras cosas a raíz de la Expo del 92 (una preciosa y muy útil estación de trenes, la integración del río en la zona norte de la ciudad, un gran teatro, etc) pero podrían haberse conseguido sin la necesidad de generar el mal anterior. No me creo que solamente a base de exposiciones una ciudad pueda mejorar sus infraestructuras. Pero claro, hablamos de una tranformación casi inmediata, de gran escala, y hay pocas maneras de sostener económicamente esta inversión como no sea mediante este tipo de operaciones. Evidentemente si se hubiera gestionado y planificado mejor la Cartuja quizás no estaríamos en esta situación pero dudo mucho que Sevilla necesitara urgentemente tantos metros cuadrados de ciudad en aquellos tiempos. A la vista está que casi 20 años después aún no tiene una actividad total.

La cuestión es que los políticos solamente se han preocupado de generar trabajo y "mejorar" las ciudades en periodos cortos de tiempo (4 como mucho, lo que dura una legislatura), basados en la construcción y en el turismo. Y si algo falla por el camino, los que acaban pagando son los que no tienen la suficiente fuerza para presionar y conseguir una compesación por los daños causados.

En fin, aquí os dejo estas reflexiones mañaneras que me animan mucho para seguir con el PFC.

No hay comentarios: