Este fin de semana pasado tuvo lugar en San Sebastián el festival cultural Olatu Talka / Rompeolas. El mismo en el que tuve la suerte de participar el año pasado con mis instalación Sarean / En la red. En esta edición volví a presentar una propuesta y aunque fue seleccionada en un primer momento, finalmente no pudo realizarse por falta de presupuesto. Así que este proyecto pasa al cajón de los no realizados pero aun así quiero compartirlo en el blog ya que se fundamenta en un tema que considero muy interesante y que está pendiente de debatir a fondo en la ciudad. Así que desde aquí lanzo mi aportación al debate con imágenes de lo que podría haber sido mi instalación. Y también espero que pueda realizarse algún día.
RESUMEN
Denon itzala ("la sombra de todos" en euskera) es una intervención efímera que reflexiona sobre la ocupación privada de las playas de San Sebastián. Particularmente sobre los parasoles tan carácterísticos de la ciudad. A partir de la colocación inusual de toldos, se busca generar sensaciones que evoquen lo que supone esta manera de ocupación privada del espacio público en época estival. Pretende abrir el debate sobre la actual gestión de los parasoles por parte de las instituciones públicas.
Denon itzala ("la sombra de todos" en euskera) es una intervención efímera que reflexiona sobre la ocupación privada de las playas de San Sebastián. Particularmente sobre los parasoles tan carácterísticos de la ciudad. A partir de la colocación inusual de toldos, se busca generar sensaciones que evoquen lo que supone esta manera de ocupación privada del espacio público en época estival. Pretende abrir el debate sobre la actual gestión de los parasoles por parte de las instituciones públicas.
Instalación 1. Vista frontal desde los bajos de la Concha.
Instalación 1. Vista lateral desde la playa de la Concha.
FUNDAMENTOS
El acceso principal que dispone el ciudadano a los parasoles es mediante un alquiler de tres años por sorteo. En los últimos años, tanto en la playa de Ondarreta como en la Zurriola, la demanda no ha cubierto la oferta pero, sin embargo, en la Concha se alquila el cien por cien.
Por otro lado, la actual Ley de Costas del 28 de julio de 1988, respecto a la “utilización del dominio público marítimo-terreste”, en el apartado 4 del Artículo 33, indica lo siguiente:
“4. La ocupación de la playa por instalaciones de cualquier tipo, incluyendo las correspondientes a servicios de temporada, no podrá exceder, en conjunto, de la mitad de la superficie de aquella en pleamar y se distribuirá de forma homogénea a lo largo de la misma.”
Es importante destacar que los últimos años, debido a las mareas vivas sufridas por la ciudad y la decisión de no rellenar con arena las playas para favorecer su regeneración natural, el espacio libre en marea alta se ha reducido significativamente provocando la imposibilidad de usar gran parte de los parasoles a ciertas horas del día. Y en consecuencia, se producía la casi nula posibilidad de ocupación libre para el resto de personas.
A todo ello hay que sumarle la existencia de otras instalaciones de explotación privada en las playas como son algunos quioscos o las piscinas al aire libre de Ondarreta y la Zurriola.
Atendiendo a los datos públicos disponibles y la realización de unos cálculos generales realizados para la ocasión sobre la superficie libre media en las playas en marea alta en el último verano, se ha elaborado la siguiente tabla.
Según la tabla, las playas de Ondarreta y la Concha se acercan al límite legal del 50% de superficie de playa en pleamar ocupada con uso privado. Sin embargo, ni la Ley de Costas ni las autoridades locales han tenido en cuenta otros factores como, por ejemplo, la densidad de ocupación. Aunque sea una variable no predecible al 100%, esta puede llegar a ser determinante en la calidad de uso de las playas. Por lo que más allá de cumplir o no con lo establecido por ley, es decisión de los ciudadanos y resposabilidad política el decidir qué tipo de playa se quiere promover en San Sebastián y en consecuencia, qué uso privado se quiere permitir o no en ellas.
Instalación 1. Vista interior desde la playa de la Concha.
No hay que olvidar tampoco el cierto valor patrimonial de los parasoles ya que son una seña de identidad de la ciudad. En el siglo XIX San Sebastián fue destino principal de la monarquía y de la burguesía para realizar baños marinos. Y estas instalaciones efímeras, que son los parasoles, son herederas de aquella época pero apenas han evolucionado en esencia con los años. Aunque se ha facilitado su acceso y se han reducido en número para cumplir las leyes, no se ajustan a la creciente demanda de uso libre de las playas. Por ello esta intervención invita a reflexionar sobre si es conveniente o no seguir con la gestión actual de los mismos. De repensar en definitiva qué tipo de playas se quieren fomentar y disfrutar en la ciudad.
Instalación 2. Vista superior desde el paseo de la Concha.
Instalación 2. Vista lateral desde la playa de la Concha.